Conocida en el mundo artístico por su labor humorística, Costa, nacida en Córdoba, llegó a Buenos Aires con tan solo 18 años y se instaló en el stand-up. Desde entonces no ha dejado de trabajar. Panelista, humorista en radio, televisión y teatro, nos cuenta sus comienzos y cómo el trabajo duro la llevó a convertirse en una artista reconocida en nuestro país.

¿Cómo descubriste que querías ser actriz y humorista?
Yo me subí al escenario por necesidad y urgencia. Si bien a mi siempre me gustó, actuaba y decía cosas pero sola, porque siempre tuve vergüenza de hacerlo en público. Cuando ví “Drácula” en 1992, en Córdoba en una gira, dije: “yo quiero hacer esto, quiero estar arriba de un escenario”.
Encontré en el humor un vehículo para poder comunicarme, pero cuando empecé a trabajar no hablaba en los shows, hacía playback. Cuando hablé fue que la gente me empezó a aplaudir e identificar, y fue como un nuevo nacimiento.

¿Cuál fue el primer trabajo que te acercó al mundo del espectáculo?
En el mundo del espectáculo hice todo lo que había que hacer: fui vestuarista, asistente, bordadora, hacía telones, toda la carrera que hay que hacer la hice. Lo primero que hice fue asistir a los artistas: les cerraba los cierres, les llevaba la música, los ayudaba a cambiarse…

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